“[L] os enviaron a Pedro ya Juan. Los dos bajaron y oraron por ellos para que pudieran recibir el Espíritu Santo (porque todavía el Espíritu no había venido sobre ninguno de ellos; solo habían sido bautizados en el nombre del Señor Jesús). Entonces Pedro y Juan les impusieron las manos y recibieron el Espíritu Santo.”
“El bautismo, la Eucaristía y el sacramento de la Confirmación constituyen juntos los “sacramentos de la iniciación cristiana, cuya unidad debe ser salvaguardada. Debe explicarse a los fieles que la recepción del sacramento de la Confirmación es necesaria para la realización de la gracia bautismal”.”
La Confirmación fortalece la gracia del Bautismo y compromete a los bautizados a convertirse en testigos de Cristo de palabra y obra y a difundir y defender la fe. El mismo Cristo declaró que estaba marcado con el sello de su Padre. Los cristianos también están marcados con un sello: "Es Dios quien nos establece contigo en Cristo y nos ha comisionado; nos ha sellado con su sello y nos ha dado su Espíritu en nuestros corazones como garantía". Este sello del Espíritu Santo marca nuestra total pertenencia a Cristo, nuestra inscripción en su servicio para siempre, así como la promesa de la protección divina en la gran prueba escatológica (CIC 1296). A través del derramamiento del Espíritu Santo, los bautizados continúan en el camino de la iniciación y están perfectamente unidos a la Iglesia.
Si desea obtener más información sobre cómo recibir el Sacramento de la Confirmación, comuníquese con Marianela Guerrero vía correo electrónico a mguerrero@stppcnewark.org o a la oficina (973) 623-0822.